sábado, 26 de enero de 2013

CAPÍTULO 16: CHARLIE...

Hola hola gente que nos lee! Bueno, bueno, bueno, el capítulo 16 por fin llega a nuestras pantallas después de un mes de retraso... No hay mucho que decir... bueno, algo sí, este capítulo es algo más... fuerte por así decirlo, no es apto para menores de 18 o pernosas "sensibles" jaja bueno, por lo demás, creo que está bastante bien y es entretenido, esperamos que os guste. Y para la tranquilidad de todos, por fin hemos vuelto a la normalidad, asique si todo va como tenemos previsto cada fin de semana habrá uno, a no ser, que el capítulo se nos resista, pero en todo caso, ningún restraso será tan grante como este. Dicho todo esto, os dejo con el capítulo :)
*Capítulo dedicado a Saúl y Beto*

CAPÍTULO 16: CHARLIE…

 

Sigo hecha un ovillo durante un minuto, después noto como Alberto se mueve poco a poco. Noto como algo cae sobre mí: la toalla. La cojo y me tapo con ella como puedo, me levanto, acomodo un poco más la toalla, y, roja como un tomate, le pregunto por la ropa que me iba a prestar. Él sale de la habitación, riéndose un poco, por lo bajo. Unos instantes después entra de nuevo con un montón de ropa doblada sobre sus brazos, me la da. La cojo y me meto de nuevo en el baño, sin hacer caso a los pinchazos que me da el tobillo cuando camino sobre esa pierna. Cierro la puerta tras de mí y miro la ropa que me ha prestado: camiseta negra de manga corta, pantalones caqui y botas impermeables, algo cómodo para moverse por esta zona pantanosa. Me la pongo y después me miro en el espejo, con la mano quito el vaho que se había formado y, con las manos, me peino como puedo (no he visto ningún peine).

Salgo del baño y veo a Alberto comiéndose un cuenco de sopa, apoyado en la barra de la cocina.

-Esto… hola –Digo algo cortada

-Hola,  toma, hice un poco de sopa –Dice, como si hace nada, no me hubiera caído, no se me hubiera resbalado la toalla y no me hubiera visto tal y como llegué al mundo. Actúa de manera normal, lo que me supone un gran alivio, así será todo más fácil.

-Gracias –Le digo mientras cojo el cuenco de sopa que me tendía –Tiene buena pinta, ¿de qué es? –Le pregunto metiéndome una cucharada en la boca. Está rica.

-De tripas de oveja –Me dice con una sonrisa de oreja a oreja. A mí me entran arcadas y me levanto de la silla. Alberto me mira, ensanchando todavía más, si se puede, su sonrisa –Es coña, jaja, es de carne de cerdo.

-Eres un idiota, ¿sabes? – Le digo sin poder evitar reírme.

-Pero soy TU idiota, ¿no? –Dice algo insinuante –No me digas que la toalla se te ha caído así, sin más.

-Ehh… creo que te equivocas… -Contesto. Empiezo a estar algo incómoda por el hecho de estar aquí. Comienza a acercarse poco a poco, pero en vez de hacer cualquier cosa, como besarme, levanta la mano y me acaricia suavemente la mejilla, se está realmente agusto así. Alberto no es como los demás…

Oímos un ruido, alguien acaba de entrar y oigo una voz que me resulta muy familiar.

-Beto, Beto, Beto, se ha perdido una chica por el pantano y… -Se detiene al verme, aunque me ha dado tiempo a moverme para que no nos vea juntos. Se ríe –Creo que te has vuelto a adelantar

-Sí, es que esta pava se había perdido, y, ya sabes cómo soy, decidí ayudarla– ¡Bien! Pienso rápidamente, se ha saltado la parte del borracho. De repente me doy cuenta de que es Diego, Javier está justo detrás de él, y me doy cuenta de que mira mi tobillo hinchado. Al darse cuenta de que lo miro, me mira a los ojos, y yo aparto mi mirada, cojo la sopa de nuevo y me siento en un sofá verde, junto a la chimenea, esto comienza a ponerse interesante.

Alberto cierra la puerta y recoge los abrigos de Javier y Diego. Este primero parece algo disgustado conmigo, pero a la vez se le ve feliz de que esté bien. Él está lleno de arañazos en brazos y piernas, con los ojos rojos de haber llorado y con una herida que le sangra en su pierna derecha. Al principio me da pena, pero, después al mirarlo mejor y pensar en lo ocurrido, que le den. No me quiso y no me quiere, arrugo la nariz y me doy la vuelta, quiero entérame de la conversación:

Alberto, muchas gracias, es que se me escapó la cría –Dice Javi con un tono chulo, estoy a punto de interrumpir, pero paso, mejor me quedo con mi sopita.

-No pasa nada, chaval, para eso estoy, hacía tiempo que no hacía nada en esta mierda de curro que me ha hecho sentirme algo útil –Se echan unas risas y Diego se sienta de mí en el sofá.

-Bueno chiquilla, ¿y por qué vas buscando líos por ahí?

Le miro un poco –Pss, déjame en paz anda –Le digo con voz cansada.

-Ehh, a mi con respeto, no es mi culpa que Javi no se haga respetar, a mí nada de chulerías –Voy a contestarle, pero veo que su mirada se ha detenido en el sofá en el que está Saúl -¿Quién es este burro? –Alberto deja de hablar con Javi y me mira, yo sacudo la cabeza levemente.

-Nada, un amigo mío, que se ha cogido un pedo…

-Pues que se pire de mi sofá, ¡no te jode! Que se siente en el tuyo, ¡se está perdiendo el respeto en esta casa ehh! –Dice con cara de pocos amigos, aunque se ve a la legua que está fingiendo y que no está enfadado de verdad. Cambia de tema rápidamente –Javi, ven, coge un poco de esa sopa y siéntate aquí, con este frío seguro que tienes a Charlie arrugado –Dice cambiando radicalmente su cara y soltando alguna risilla.

Tardo un poco en pillarlo, y cuando lo entiendo, decido pasar del tema, no quiero ponerme roja. Pero ellos siguen hablando y es complicado no escuchar siendo lo único que se oye.

-Que se me va a arrugar ¿qué? Pero bueno, ¿tú quién te has creído? Mi Carlos está perfectamente, por Dios –Todos se ríen al ver la cara de Javier y su pose “sexy” e “insinuante”, no puedo evitarlo, yo también me río.

-Eso es porque no has visto a “mi chiquitín”, bueno, chiquitín... –Suelta Diego, levantándose y haciendo como que se baja la bragueta, abro un poco más los ojos y noto como el color me sube a la cara –Venga nena, no te hagas la inocente, tienes una cara de guarrilla... –Me pongo todavía más colorada y aparto la mirada, noto cómo se acerca –O, ¿no lo eres? –Dice con una voz súper insinuante.

-Pero… ¿qué dices? –Digo echándome hacia atrás. Resulta que Alberto estaba apoyado en el respaldo del sofá, y al empujarle hago que pierda el equilibrio, acaba sujetándose a mí para que no se caiga. Ayudo a Alberto a recuperar la postura cuando Diego suelta:

-Uy mira, si su querida Charlie se ha puesto feliz –No puedo evitar bajar la mirada y ver el bulto de su entrepierna –Jaja, la chavala esta te ha mirado a tu Charlie haciéndola un repaso…

-Tía pobrecilla, va a pensar que eres una cerda* -Dice Alberto incorporándose.

-Eh, eh, Beto, no me niegues que no te encanta esa pava –Suelta como si yo no pudiera ni escucharle –Además mira lo… “feliz” que estás y solo las has agarrado del brazo.

-Bueno, ya, ¿no? –Suelta Javi, metiéndose en la conversación –Esta mocosilla es mía –Se acerca a  mí y me rodea con un brazo. Si no hubiera pasado lo que pasó en el río, le abrazaría y le pediría que me sacara de aquí, pero visto lo visto, decido alejarme de él. Como insiste en acercarse, cojo mi cuenco, casi vacío, y tiro el contenido de este a la cara de Javi.

-Déjame, ¿vale? –Me mira con cara de pocos amigos, pero acepta lo que le digo.

Se va al baño para lavarse la cara y el cuello de su camiseta. Cuando vuelve, nos encuentra a los tres sentados en el sofá: Diego a mi lado y Alberto detrás de mí, en el respaldo, con cada una de sus piernas a mis lados. Le miro y veo como se acerca a la nevera y saca unas cervezas, una lata de aceitunas y un poco de chocolate. Se acerca, deja las cosas en la mesa y vuelven a hablar entre ellos, y, cómo no, sale entre Diego y Alberto el tema de Charlie… (Que menudo nombrecillo para sus… deben de ser hermanos) y ya harta del temita grito “¡YA BASTA!”

Los tres me miran atentos y se quedan más tranquilos, pero, a los tres minutos, de vuelta a la carga.

Suenan 12 campanazos en el reloj de cuco que hay sobre la chimenea. Estoy sobada y se me cierran los ojos poco a poco. Me echo para atrás, ahora Alberto no está en el respaldo, si no justo detrás de mí, por lo que me apoyo en él para dormir un poco. Al cabo de unos minutos me levanto de un salto al notar algo duro en la espalda.

Pero qué coño... miro su pantalón, yo diría que va a estallar. Diego se queda mirando la escena y Javier me mira, riéndose.

-Wowo chaval, ahora que me fijo... ¿te ha crecido?

-Ya ves tío, 27 cm nada más y nada menos.

-¿Qué dices? ¡FANTASMA!

-¿La quieres ver, eehh? -Yo estaba roja, Javier "verde", solo nos falta el amarillo, aunque para eso, creo que ya está Saúl...

-¡SOMOS UN SEMÁFORO! -Digo pensando en voz alta

-¿QUÉÉÉ? -Exclaman los tres a la vez. Alberto no puede ser el cerdo que tenía oculto bajo esa capa de ternura que le veía antes; tiene la bragueta bajada... Al momento Javier me mira, y, por fin actúa: se levanta de su sitio y se acerca a Alberto, le agarra de la pichurra (que en ningún momento he llegado a ver y (creo) se la aprieta.

-¡ME CAGO EN...! SO ANORMAL, ¡¿QUÉ MIERDAS HACES?! que eso es mío -Dice Alberto gritando y con una mueca de dolor

-Deja en paz a mi chica -Me separo de él, a buenas horas -Mira, tía no me mires así porque llevas todo el tiempo intentado que te saque de aquí, que no soy tonto. Diego está en el suelo, descojonándose como nadie y Alberto está en la cocina cogiendo hielo para su miembro -¡EH! tú, perdona ¿va?

-Sí, sí, tienes una pita de estar de lo más arrepentido. La verdad, no veo el momento de hacerte lo mismo.

-Jaja, venga, no seas quejicoso hermanito -Dice Diego, sin poder evitar reírse. De ver sus intentos por ocultar la risa me acabo riendo yo también. Al final acabamos Diego y yo partiéndonos el culo en el sofá, Alberto cara de pocos amigos, manteniendo el hielo en la zona y Javier, mirándonos a los tres, cada vez riéndose más de la situación

Al cabo de unos minutos, Diego y yo acabamos tranquilizándonos, solo soltando alguna risita puntual. Javier se había tranquilizado hacía ya rato y Alberto había dejado ya el hielo y estaba sentado, mirándonos, esperando a que parasemos de reírnos de él.

-Bueno, ya, ¿no? -Dice Javier al ver que todavía nos reímos un poco

-Vale, vale, no me comas -Dice Diego, soltando una carcajada después de la frase, está en ese momento en el que cualquier cosa te hace reír.

Javier va a por un vaso de agua, ya que me ha entrado hipo, pero, por lo menos, ya se me ha pasado el ataque. Que buen rato que he pasado, la verdad. De repente a Alberto no se le ocurre otra cosa que soltar "Bueno, Javi, al menos gracias a ti, parece que está más grande". Se me ponen los ojos como platos al ver que no está de broma; acaba de abrir un cajón, coger un metro que había en él y, de cara a la pared, parece que se la está midiendo. Al terminar, todavía sin subirse el pantalón, se acerca a Javier y le da un abrazo

-¡Tío, gracias!

Javier se separa, asqueado. Justo en ese momento, Saúl se despierta, pero justo al abrir los ojos ve que Alberto está justo está justo encima de él (sin subirse el pantalón todavía) y pega un grito mientras da un salto instintivo hacia atrás. A Diego le vuelve el ataque de risa, a mi me entra una risilla tonta y Javi se me queda mirando.7

-Ahhh, pero, ¿qué haces tío? ¡no me jodas! -Al parecer Alberto no se había dado cuenta de nada, porque justo cuando le dice esto Saúl, se da cuenta de que lleva los pantalones por los tobillos, y, con un ligero rubor en las mejillas, se los sube de nuevo. Un silencio sepulcral invade de repente la habitación... bueno, la risa de Diego suena de fondo, pero ya nos hemos acostumbrado todos a ella. La verdad es un poco incómoda la situación, estoy en una casa, sola con tres tíos y un borracho, que ha metido la mano bajo la camiseta para rascarse el sobaco. Me giro y veo a Alberto algo pensativo. Me siento al lado de Diego, que parece el más normal de todos los que están aquí, ya se le ha pasado el ataque, menos mal, parecía que se iba a morir de la risa, estaba cada vez mas rojo, se veía que le costaba respirar un poco y se había puesto la mano sobre la tripa de dolor.

-Venga nena, vámonos -Dice Javier, mirándome y tendiéndome una mano.

Estoy harta de que me trate como a un puto burro -Mira, ni nena ni... -No me da tiempo a acabar la frase.

-Bueno, pues nene, a mi me da lo mismo como quieres que te llame, es hora de que te lleve a casa, que es muy tarde para ti -Su voz de ha vuelto algo borde, no sé dónde se ha metido el Javier qque conocía, pero quiero que vuelva.

-Yo no me piro contigo, no soy tu niña -Odio tener que decirlo así, pero me tiene frita, bueno, él y todos. Yo ahora mismo debería estar en casa, calentita, y viendo la tele o algo por el estilo -¿Y sabes porque soy una "niña" según tú? porque tú no quieres hacerme mujer, no te pongo lo suficiente para que "Charlie se ponga feliz" -Alberto, Diego y Saúl nos miran con interés, y Diego al decir lo de Charlie ha soltado una risa, pero no le ha entrado el ataque de antes.

-Bueno, enana, no te preocupes, yo te hago mujer -le miro raro -O en hombre, yo lo que haga falta -No puedo evitar reírme. Pero mi sonrisa desaparece cuando se oye un portazo: Javier se ha marchado. Alberto me mira y alza los hombros y las cejas.

Saúl se disculpa y lo hace de verdad, ahora que hablo un rato con él, debo admitir que parece majo, bueno, él Diego y Alberto. Una vez se ha pasado ese tema tan a vergonzante, hablamos de cosas normales y soltamos unas risas. Al final de la conversación nos pasamos los móviles y Saúl se va. Nos quedamos Diego, Alberto y yo solos. Le pregunto a Diego si hay teléfono, que quiero llamar a casa para que no se preocupen, porque, ahora que lo pienso, debería estar en mi cuarto y desaparecí sin más, seguro que están preocupados, sobre todo después de lo del secuestro... Les explico que estoy con Yolanda (que pensando en ello, tengo que buscarla, porque después de la llamada de Víctor estoy preocupada por ella).

Diego me presta un pijama, al final a tenido que ser de Alberto, ya que él es más bajito y me queda mejor. Alberto dice que se va a ver si Saúl todavía anda cerca y así ayudarle a no perderse ni nada, al final resulta que no es un cerdo a todas horas, parece que le dan sus puntillos.

Me voy a meter en una habitación para echarme a dormir, pero aparece Diego en la puerta y me mira.

-¿Qué pasa? ¿Tengo monos en la cara?

-No, no, es solo que esta habitación en la que ibas a entrar es la mía.

-Ahh... bueno... es que es la que está más ordenada... y bueno...

-Tranqui, tranqui, me cambio y te la dejo -Me guiña un ojo y  se quita la camiseta, me lo quedo mirando... que cuerpazo... -Ey, enana, que se te salen esos ojos de las órbitas -Aparto la mirada, algo sonrojada -Tranquila... -Se acerca a mí abraza por detrás, no aguanto más y me doy la vuelta, le miro a los ojos y lentamente me acerco para besarle, pero él me esquiva -Creo que te equivocas, ¿qué pasa con Javier?

-Pues por lo visto Javi no quiere nada conmigo... -Me intento acercar de nuevo, pero él se vuelve a apartar.

-Tía, me da igual, esto está mal ¿vale? yo tengo novia -Baja la mirada en esa última palabra.

-Pues sinceramente, con el tono en el que lo has dicho, no te creo -En seguida me doy cuenta que me estoy equivocando al decir al decir eso. Diego me mira y sonríe tristemente.

-Bueno, en teoría tienes razón... mi novia murió hace ya seis meses de leucemia, y bueno, todavía no he estado con otra chica ni nada -No sé qué decir, me he quedado en blanco, pobre chaval.

-Tienes razón, no debería estar aquí, mejor me voy -Cuando me quiero dar cuenta ya es demasiado tarde, y mis manos recorren su cuerpo, quiero parar, mejor dicho, debería parar, pero no quiero. Diego me mira y sus ojos refleja una ternura...

Comenzamos a besarnos mientras sus manos m quitan el pantalón de pijama que me ha prestado. Cuando me quiero dar cuenta, ya lo estamos haciendo, y es una sensación extraña, al principio era un dolor casi insoportable, pero, después solo un ligero escozor y una sensación que solo puedo calificar como placer. Algo dentro de mí me dice que esto está mal, que no debería estar pasando así, debería ser diferente. Al acabar, Diego se deja caer a mi lado.

-Diego... no deberíamos... -Me calla con un beso.

-Tranquila, que esto quedará entre nosotros dos -Me envuelve con los brazos en un gesto protector. Noto que quiere decirme algo, pero no se atreve, al cabo de un par de minutos lo hace -Oye, ¿en serio tú eras... virgen? Es decir, perdona por la pregunta, pero... -Al principio, pienso en contestarle algo borde, pero es obvio que no lo ha hecho con mala intención, me ha tratado genial.

-Sí, pero yo... quería que fuera único, especial... tendría que haber sido fantástico.

-¿Tendría? bueno, señorita, perdone que no haya sido de su agrado -Hace que se indigna y gira la cabeza para no mirarme, no puedo evitar reírme un poco -Tranquila, yo también quería que fuera especial, siento que no haya sido como esperabas.

-No, tranquilo, recuerda que he sido yo quien ha comenzado -Diego se levanta y comienza a vestirse, pero yo le agarro y le impido que se vaya -No te vayas por favor.

-Ah, pensé que querrías estar sola.

-No.. -Me doy cuenta de algo, él se da cuenta de que algo me pasa, debo de haberme quedado algo pálida, pero decido no decirle nada. Nos acostamos e intentamos dormir. Cuando noto que su respiración se vuelve profunda y acompasada y sé que se ha dormido, le digo al oído -No has usado el preservativo...- Intento dormirme, al principio no puedo, pero al cabo de unos minutos, lo consigo, y mis últimos pensamientos se los dedico a Yolanda, esté donde esté, espero que esté bien.

*Los hermanos hablan entre sí como si ambos fueran tías.

4 comentarios:

  1. Aleluyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
    Por fin habeis publicadooo!! Como no publicarais ya iba a tirar el ordenador!! A estado genial ^^ felicidades!!
    Y... ¿Como que no ha utilizado preserba? No la habreis dejado enbarazada?? NO?? Como no publiqueis rapido boy a acabar tirandome por la ventanaaaa ;))

    PD.¿Cuantos botos conseguiesteis en la encuesta de los top 40 blogs?? 1 no?? quie os boto?? Yo aajjaja era para deciros que soy buestro fan 1!!

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    1. Jajaja siii porfiiin! yo ya m estaba agobiando al ver que no encontraba tiempo... Muchísimas gracias! pues.. pues... no puedo decírtelo, pero como ya he comentado es probable que el finde que viene esté el 17 ^^
      Ahh, pues si te soy sincera, me apunté y se me pasó con tantas cosas que tengo, pero aún así muchas gracias por votarnos, nos encanta que te guste tanto la historia! :D

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  2. tio no la dejeis embarasada y q se quede con diego :D me gusta mas q javi, victor y pedro

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    1. Jajaja bueno, igual antes todos preferíais a Víctor antes que a Javier y ahora preferís a Javier... Ya se verá que pasa con Diego, que va a dar de que hablar lo de esa nochecilla.. jeje

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