CAPÍTULO 14: ESCAPADA

Hola hola!!! Por Dios!! lo consequí, lo pasé entero!! AAAALELUYA, AAAAALELUYA *coro de ángeles cantando* beuno bueno gentucilla, ya está el capítulo 14, aish, que ilu, 14 jaja, es bastante largo (entre eso y que me distraigo, normal que tarde en pasarlo -.-") en fin, ahí lo dejo, espero que os guste, que si no me suicido xD bueno a ver que os parece ;)

CAPÍTULO 14: ESCAPADA

Javier me mira sobresaltado. Ve el miedo en mis ojos, me he levantado de golpe, es normal que se altere. Siento su mano en mi costado, supongo que habrá entendido lo que pasa e intenta relajarme. Me levanto de la cama y comienzo a balbucear, no puede ser, ¿cómo es posible? Me muevo de un lado a otro de mi habitación, cada ve lo hago más deprisa, cada vez más nerviosa, con más ganas de llorar. Javier me agarra y me obliga a sentarme en la cama, quizás un poco brusco, pero no le digo nada.

-Relájate, haciendo esto no vas a conseguir nada- su mirada es atenta, por lo que sobreentiendo que está preocupado. Hará todo lo que pueda. Lo hará por mí. Le sonrío, pensar así me hace feliz. Aún así, sigo preocupada.

-Pero es que… es que… es que… Yolanda, y… y… y…-no consigo dar con las palabras necesarias, asique opto por lo decir nada, ya que lo único que sale de mi boca son balbuces incoherentes. Javi me abraza y yo le devuelvo el abrazo. No creo que entienda del todo el porqué estoy así, pero, a pesar de eso me intenta calmar. Cuando estoy con él, así, consigo olvidarme de todo. No quiero separarme de él, pero me obliga a apartarme de la seguridad que me proporcionaba su cuello. Con su dedo índice me agarra de la barbilla y me obliga a mirarle a los ojos.

-Venga, vamos fuera- me dice señalado con la cabeza la ventana por la que entré antes. Me lo quedo mirando, ¿quiere que baje por ahí? Lo lleva claro, me cruzo de brazos, mordiéndome el labio inferior y sin apartar la vista de la ventana- ¿Tienes miedito?- me dice, burlándose de mí.

-Pues, para ser sincera, un poco- pienso un momento- Pero venga, vamos- le digo separándome de él y abriendo un poco la ventana. En cuanto se abre un pequeña rendija, entra el viento, hace un frío que te cagas ahí fuera, será mejor que me ponga la chaqueta pero…- Me he dejado la chaqueta en el salón, si me ven cogerlas me matarán a preguntas… Ahora vengo, voy a por ellos, recemos para que no me vean.

-Yo rezo aquí, date prisa.

-Vale, pero no hagas ruido-le advierto muy seriamente.

Bajo las escaleras, despacio, sin hacer ruido. Mis padres están en la cocina, le oigo hablar… de mí. En otra situación, me habría acercado a curiosear, pero no me lo puedo permitir, es demasiado arriesgado, aparte, me tengo que dar prisa. Cuando llego al pie de la escalera me dirijo al sofá, donde veo que la manga de mi chaqueta asoma por el brazo de este. Me acerco de puntillas, mis padres siguen hablando en la cocina. Cojo la sudadera por la manga y me doy la vuelta, corriendo en dirección a la escalera, pero me tengo que parar en seco, veo una sombra que se acerca y me escondo en el hueco de la escalera. Me obligo a relajarme un poco, se me escucha demasiado respirar. Al cabo de un minuto, consigo calmarme un poco y la sombra ya ha desaparecido. Subo las escaleras y abro la puerta de mi cuarto. Veo que Javier está mirando fotos. Me acerco, nada más ver cuales está mirando sonrío, son de cuando era pequeña: Llevo unas gafas de Sol enormes, ocupan casi toda mi cara, estaba muy graciosa. Me giro para coger mis zapatos y ponérmelos cuando Javi de repente suelta una carcajada. Cuando me quiero dar cuanta, es demasiado tarde. Ha visto dos fotos demasiado ridículas; la primera era de cuando tenía 2 añetes, tenía un pañal de Winnie the Pooh y con el culo en pompa, en dirección a la cámara y con mis manos señalándolo en plan: ¡Hey! ¡Mira mi culo! Y la otra es de una de mis clases de teatro. De pequeñita hice interpretación, y, a los 5 añitos hice un festival en el cual iba vestida de chinita. Salgo con un gorro gigante y un conjunto amarillo, pero amarillo, amarillo: AMARILLO CHILLÓN, parezco un pollo con una cabeza enorme.

Cuando intento quitárselas levanta la mano hasta donde no llego, ni saltando, y eso que lo he intentado a base de bien. Me pongo de morros, se ríe y me besa. Me hace creer que las guarda con las demás en la caja de donde las ha sacado, pero puedo ver como se la guarda en el bolsillo del pantalón. Primero me ofrece salir primero por la ventana y yo con cuidado pongo una pierna fuera, estoy a punto de caerme ya que me he apoyado mal, pero Javi me agarra y me ayuda a ponerme bien. Junto a él me siento protegida, por eso sigo pensando porqué en un principio me trató así, ya le preguntaré algún día, si eso…

Cuando estamos los dos en el árbol me enseña cómo puedo bajar de ahí. Parece una ardillita al bajar:

-Agárrate fuerte al tronco y bajas los pies, luego los brazos, y así todo el rato, solo tienes que agarrarte fuerte- me dice como si fuera lo más normal del mundo. Cuando lo intento yo, me caigo con un grito agudo, pero en vez de encontrarme con el duro suelo, caigo en los brazos de Javi, ¡joder! Que rápido es.

-Gracias- le digo mientras me río y me pongo las manos en el pecho del susto que me he llevado.

-De nada- dice mientras me mira de una manera que hace que la poca respiración que me quedaba se esfume- Ven, vamos a un sitio que conozco, seguro que te encanta- dice, parece un niño pequeño, ha dado saltitos en el sitio y me miraba ilusionado. No puedo evitar soltar la carcajada que me crecía en la garganta y esta sale muy sonoramente. Mientras él se ríe de mi risa, después me agarra de la mano y tira de ella.

Llegamos a una casa que no conozco. Es parecida a la mía. No llamamos a la puerta, sino que pasamos por el jardín y vamos a la parte de atrás, al garaje. Saca unas llaves y un mandito de su bolsillo trasero. Le da a un botón del mando y abre la puerta del copiloto y hace una especie de reverencia, pero la hace como un payaso: parece que esta desinflado de cintura para arriba, y con los brazos colgando. Le miro, me mira y nos descojonamos. Entro al coche y después Javi.

Llevamos 15 minutos en el coche, hace rato que ya salimos de la ciudad, estamos en os descampados que la rodean.

-¿Falta mucho? ¿Adónde me llevas?- le pregunto llena de curiosidad, no me ha dicho nada.

-No, ya estamos llegado, y respecto a lo otro es una sorpresa- dice mirándome a mí y a la carretera.

Pasan otros 15 minutos, estamos escuchando la radio mientras cantamos (fatal) y haciendo el tonto cuando me dice que ya estamos, pero yo no veo nada. Estamos en medio de ningún sitio. Javi se baja del coche, yo me quedo, pero él le da golpecitos en la ventanilla de mi lado, indicándome que salga.

Abro la puerta y me bajo de un salto. En seguida me tapo las manos con la manga de la sudadera y me subo la cremallera hasta arriba.

Me lleva de la mano mientras andamos un rato hasta que veo un pequeño edificio. Es una especie de casita rústica, pero al acercarnos veo que es un pequeño restaurante:”Chalette Italiano”

Javier llama a la puerta, parece que el sitio está cerrado, pero cuando se lo digo a Javier él me dice que le da igual. Se escuchan ruidos dentro y un tío regordete, no muy alto y con un bigote enorme sale por la puerta. Está un poco calvo y tiene cara de pocos amigos.

-Hola Sam ¿qué tal?- le pregunta Javier como si fueran amigos de toda la vida.

-Ah Javier, eres tú- dice Sam poniendo una cara más amigable- Pensaba que eran esos niños otra vez. Llevan toda la tarde intentando venderme unas galletas horribles y gastándome bromas, estoy hasta los cojones.

-Jaja, venga Sam, son críos- dice Javi riéndose, es imposible resistirse a él, asique Sam enseguida se ríe con él.

-Tienes razón- dice Sam con un poco de risa todavía- Me acuerdo cuando el niño incordiante eras tú, me dabas cada día…puf- comienzan a reírse a carcajadas y hablando de cosas de las que no me entero de nada- Bueno- dice Sam cuando comienza a calmarse un poco- Habéis venido aquí a comer ¿no?

-Sí, sí, claro, ¿tienes mesa?

-Sí, venir, sentaos allí, ahora os doy el menú.

Yo me pido unos espaguetis a la carbonara y una Coca-Cola light y Javier se pide una lasaña de berenjena (no tenía ni idea de que eso existiera) y una cerveza. La comida pasa rápidamente. Hubo un momento en el que Javi me pidió un poco de mis espaguetis y casi nos ocurrió lo mismo que en la Dama y el Vagabundo; comiendo del mismo espagueti casi nos besamos, pero me entró la risa por su cara y tuve que apartar la cara.

Al acabar de comer, le decimos adiós a Sam, y vamos de nuevo al coche. Javier me ha dicho que vamos a ir a un pueblo que hay por aquí cerca: Palillo del Monte, igual hay algo bonito.

Tras media hora de estar en el coche, llegamos a un pueblo, rústico, precios. Los tejados de la casas color teja, paredes blancas como la cal, suelo de piedra y ese típico olor a leña por todas partes. Mientras damos un paseo (vamos a todos lados de la mano. Su pulgar está acariciándome la mano suavemente, en círculos), vemos muchos niños por la calle, corriendo, gritando…. Vivir en un pueblo de niño (siempre que haya más niños) debe de ser genial, salir a jugar cuando quieras, correr por la calle… podría haber sido genial crecer aquí.

Me junto más a Javi y apoyo mi cabeza en su hombro. Este día está siendo perfecto. Javier se para delante de una tiendecita, de esas típicas para comprar abalorios de madera, cuentas… Javi me compra una pulsera del Ying y el Yang y un colgante con el símbolo de la paz. Salimos de la tienda y mis ojos se fijan en un trasero muy bien puesto en su sitio. Mis ojos suben por el cuerpo de este chico, este se da un poco la vuelta y puedo ver unos ojos marrones preciosos. Javier parece darse cuenta y mira al chaval (GRRR) y después a mí. Luego se acerca a él. Se me acelera el corazón ¿le pegará? ¿Solo por haberlo mirado? ¿Es capaz de hacer eso?. Javier se le acerca y levanta un brazo, le va a pegar…. Le va a pegar…

-¡Ehhh! ¡Chavaaaal!- dice Javier pasándole la mano por el cuello al chico y estrujándole contra él.

-¡Javier! ¿Qué pasa tío?- dice él devolviéndole el abrazo.

-Nada aquí dando una vuelta con…con…- me busca  con la mirada- Ah, estás aquí- dice mirándome, me había acercado para escuchar mejor y ahora estoy a su lado- He venido a dar una vuelta con ella, mira, este es Diego- me dice señalando al tío bueno este.

-Hola, encantado- dice y me da dos besos- qué Javier, ¿es tu novia?- me pongo roja.

-Bueeeno, sinceramente no lo sé, jajaja- dice agarrándome por la cintura y  apretándome contra él.

Seguimos hablando un rato más con él, es un tío súper majo.

-Bueno, encantado de conocerte- dice quiñándome un ojo- Ah, por cierto, ¿qué edad tienes?- mierda que vergüenza, ¿le digo la verdad? ¿Le pareceré un canija? ¿me mirará raro?

-Ehhh… bueno, 16- él solo me dice “vale”, le da un apretón de manos a Javier, a mi dos besos y se marcha.

Nos quedamos mirando unos segundos como se va y justo después Javier me mira y me besa, me agarra de la cadera y con un pequeño apretón, me tiene pegada a él. Le paso las manos por el pelo, jugando con el que tiene en su nuca. De esta manera se me pasa el tiempo volando y cuando me quiero dar cuenta, lo que quedaba de tarde ya ha pasado y ha comenzado a anochecer, Javier me mira y me dice:

-Tengo una sorpresita par ti- dice dándome un suave beso- me pone una venda negra sobre los ojos. Lo único que pienso es: ¿OTRA MÁS?

Estoy bastante temblorosa, no veo nada, y si no veo, me pongo nerviosa.

-Joeee venga, date prisa ¿queda mucho? Esta venda pica- me quejo protestándome y rascando sobre la venda.

No, tranquila peque, aguanta, ya no queda nada- me dice, luego para el coche- Espera aquí un momento, ahora vengo- me dice, oigo ruidos de bolsas y la puerta cerrarse.

-Ehhh….

Mi puerta se abre- venga vamos, espera, que tea yudo- Me ayuda a salir del coche y oigo que se aleja.

-¿Javi? ¿Dónde estás?- no hay respuesta- ¿JAVI? ¡NO ME GASTES BROMAS COÑO!

-Justo detrás de ti- me abraza y me besa. Me había dado un susto, estamos en medio del campo. Al mirar sobre su hombro veo que hay preparado un mantel, de fondo se ve un río. Me fijo mejor y veo una tarta, de chocolate (mi favorita), y unas velas encendidas. Que buena pinta tiene la tarta.

Voy corriendo hacia el mantel y cuando llego meto un dedo en la tarta y me lo llevo a la boca, pero en seguida Javier me hecha nata en la cabeza.

-Pero, ¿qué haces?- le digo enfadada

-No se come sin esperarme. Y no se juega con la comida- dice poniendo dos tenedores sobre e mantel.

-Claro como no es tu pelo- le digo seria, después me siento a su lado y cuando ya estoy en el suelo, mete toda su manaza en la tarta. Me quedo a cuadros- ¡Pero bueno! ¡Esto es el colmo ehh!- para fastidiarle le doy un abrazo y le pongo mi pelo “nateado” en plena cara, está hasta arriba de nata, bueno, como yo. Javi me mira y me da un lametón en la cara, quitándome parte de la nata- Accs  tío, contrólate- le digo pasándome la mano por la cara. Cojo uno de los tenedores y me pongo a comer de la tarta, sin hablarle. Evito mirarle, si lo hago le acabaré perdonando, no quiero, que se joda jaja. La única luz es la que dan las velas, asique me dedico a mirarlas, me encanta ver el fuego, aunque sea en una vela. Javi no a parado de mirarme, sentía sus ojos pegados en mí en todo momento. Al intentar coger otro trozo de tarta con el tenedor, Javi me detiene.

-No le doy de mi tarta a niñas arrogantes y tontas, como tú- parecía que lo decía muy en serio, pero al rato comienza a hacerme cosquillas, lo que demuestra que fingía. Me coge en brazos y me lleva hacia el río… ¿Qué hace?- Te vas a enterar…- primero hace que me tira al río, cosa que hace que se me escape un gritito y luego…-Quítate la ropa anda, que te voy a meter en el río- dice mientras me deja en el suelo.

-Pero ¿estás loco?- me mira fijamente, no, no va de coña y sí, está loco. Me vuelve a coger en brazos y hace amago de tirarme, pero no quiero ver si ahora lo dice en serio- Vale, vale, ya voy, no me tires- me suelta de nuevo y me desnudo completamente- lo tengo que hacer… ¿en serio?- no me dice nada, solo me coge y me lanza al río, no veo nada, solo nado. El agua está helada. Cuando consigo sacar la cabeza y abrir los ojos veo que Javi también se ha desnudado, con el detalle de que lleva los calzoncillos. Se mete en el agua, yo no dejo de fijarme en su ancha espalda. Se acerca a mí.

-Te cogí- me dice y luego me besa.

-Pero bueno, ¿tú ves normal que yo tenga que estar desnuda y tú puedas estar en ropa interior? Podrías haberme dicho que me dejara el sujetador y las bragas.

-A) Yo te prefiero así y B) Yo tengo ropa de repuesto y tú no- dice en tono burlón. ¿Cómo se supone que me voy a enfadar con él? Mis labios se pegan con los suyos. Estoy helada, pero me quedo un rato nadando con él. Yo parezco un perro en comparación con él. Al cabo de un rato salimos del agua. Me acerca unas toallas.

-Toma, tápate anda- dice con una sonrisa.

-No quiero… es que yo quiero…- de repente veo que no estoy hablando con nadie, Javier está haciendo una hoguera, me acerco a él- Vete a la mierda, te estaba hablando ¡eh!

-Peque, sé por dónde ibas, y hazme caso déjalo, no quiero meterte en un lío por esto- en ese momento e prende la madera que había reunido.

-Te quiero- le digo mientras toco su espalda con mi mano.

-Vas a hacer que me enfade, ya vale, en serio- lo dice de verdad, yo lo acepto, pero cojo mi ropa y cuando estoy vestida me dirijo al coche. Cuando Javier se da cuenta viene hacia mí, pero no habla.

-¡Déjalo ya! ¿Vale? Yo he hecho todo lo que me has pedido, pero, ¿tú no puedes hacer algo por mí? Claro que no, si ya veo que pasas de mi culo.

-Eso no es cierto, ¿qué quieres que le haga? Te saco demasiados años, y eres menor, no quiero líos con nadie. Además, te quiero- dice tranquilo.

-Estoy harta de la edad, de ti, de todo. No entiendo nada, al principio si querías, me secuestraste, asique no me mientas, por favor- le digo, me doy media vuelta y camino. Mientras camino siento sus ojos pegados en mi cogote en todo momento.