CAPÍTULO 13: NUESTRA CANCIÓN

Hola!! bueno aquí sus dejo el capítulo 13, es un políín más largo de lo normal, pero vamos que mu poco,  esperemos que os guste, un besoo :)

 

CAPÍTULO 13: NUESTRA CANCIÓN
 

 

Canción favorita....

-¿Diga?- Se oye un suspiro, pero como de enfado. Esto hace, que por lo menos sepa que hay alguien al otro lado del teléfono. También se puede escuchar algo de fondo, algo que me suena, que me pone los pelos de punta, pero no sé el qué.- ¿Diga? ¿Quién es?

-El silencio es la mejor manera de revelarse, la mejor para luchar- Me dice alguien. Cuando escucho su voz, abro los ojos como platos y me siento en el sofá lentamente. En seguida reconozco que es Víctor, que justo al decir esto cuelga.

Me quedo en estado de shock ¿Qué tiene que ver el silencio con nada de lo que está pasando? ¿Por qué me ha llamado? Seguro que esto va más allá de lo que parece por fuera, de lo que ha dicho. Esto en realidad, si lo piensas, perece un aviso, una amenaza, su voz lo demuestra pero…¿Por qué un aviso? ¿Un aviso a qué exactamente?

Me doy cuenta de que estoy hecha un ovillo en la esquina del sofá. Mis padres me miran fijamente, claramente preocupados. Me levanto.

-Cielo, ¿estás bien? ¿Quién era?- Dice mi madre asustada.

-Sí, sí, estoy bien, no era nada- Les digo para tranquilizarlos- no es por la llamada, son os recuerdos…

Dicho esto, salgo del salón y me dirijo a las escaleras, las subo, deprisa, nerviosa. Abro la puerta de mi cuarto y la cierro tras de mí, suavemente. Después me deslizo por la puerta, con una mano en la

Cabeza, a punto de llorar. Miro a mi alrededor buscando algo que pueda calmarme. Me levanto abro los cajones y lo saco todo, lo pongo sobre la mesa, lo revuelvo. Nada. Revuelvo la estantería, las cajas donde guardo las fotos. No lo encuentro, ese simple hecho hace que me lleve las manos a la cabeza, quitándome el pelo de la cara y me ponga a llorar.

Dirijo la mirada a la balda en la que tengo los libros de texto. Está ahí, encima del libro de Física. Lo cojo. Es mi disco de Lana del Rey, me lo ponían cuando era más pequeña, cuando me dormía. Siempre me ha gustado escucharlo cuando me sentía frustrada, deprimida… Cojo el reproductor y meto el CD, necesito escuchar la música. En seguida me relajo, me siento en la cama y cierro los ojos.

Nada más cerrarlos oigo un repiqueteo, es la ventana. Están tirando piedras. Me acerco y miro, veo una cara.

¡Qué susto joder! En el árbol, agarrado está Javier. Verle me relaja y me hace sonreír. Sus ojos grises me miraban como si fuera un gato. Parece más bien un payaso ahí subido. Le hago una revisión y me fijo en sus manos; están llenas de arañazos, se nota que le ha costado subir. Noto un hormigueo en mi estómago y me olvido de aquella llamada. Abro la ventana y Javi entra, se desliza sin hacer ruido y se pone de pie. Se le ve asfixiado; debe de haber venido corriendo.

Lo primer que hago es cerrar la ventana, ya que hace un frío insoportable y no paro de temblar.

Su sonrisa es como si me diera vida. Le quiero. Me he dado cuenta de que junto a él soy feliz. Solo quiero ser suya, y que él sea mío. Me mira y comienza a hablar.

-Peque, tranquila- no aguanto más, le abrazo con fuerza y mis lágrimas se deslizan por mis mejillas, acabando en sus hombros.

-Te…-no me deja terminar.

-Shhh, no rompas la magia- sus ojos me miran atentamente- ¿qué te pasa? ¿Por qué estás preocupada?

Suspiro-Bueno estaba con mis padres y recibí una llamada de Víctor que decía que el silencio es la mejor manera de revelarse, la mejor para luchar, y he oído como gritos o lloros de fondo, aunque no los he sabido identificar ni poner cara.-me mira fijamente, sé que quiere que le diga más, pero ni yo misma sé que está pasando- no sé nada más, asique deja de mirarme así.

-Vale, vale, relájate- me mira con un tono encantador aunque preocupado. Me doy cuenta de que me ha pasado lo mismo que en el salón. Me he debido soltar de Javi y me he ido directa al rincón. Tengo las manos rodeándome las piernas, hecha un ovillo, temblando.

Me tapo los ojos con las manos, intentando desaparecer. Unos pasos me sacan de aquella situación.

-Rápido, al armario- Javi se esconde en el armario empotrado justo cuando la puerta se abre. La voz de mi madre hace que me ponga de pie y me seque las lágrimas con la manga de mi camisa.

-Cielo, ¿estás bien?

-SÍ, mamá- le digo intentando que la voz no me falle.

-¿Qué ha pasado con tu cuatro?- me dice mirando a todas partes, mirando el desorden.

-Nada, es que no encontraba mi CD.

-Pero, hija, siempre está ahí, en tu estantería.- me dice a la vez que me señala la balda.

-Ya lo sé…. Estaría cansada. Iros porfa, quiero echarme un rato.

-Bueno, vale, descansa- se va por la puerta. Rápidamente cierro el pestillo de la puerta y le doy unos golpes a la puerta del armario. Javi saca la cabeza poco a poco, jeje parece un topo.

-Sal, tranquilo- ahora me encuentro mucho mejor, todo gracias a él.

-Por los pelos- nos reímos juntos. Entonces saca la mano antes de cerrar el armario y me mira- Mira lo que me he encontrado, que mono- En su mano hay un sujetador verde, tiene dos lacitos y un Mickey Mouse que está bostezando.

Roja como un tomate intento recuperarlo- Dámelo joee- cuando creo que ya lo tengo me coge por las piernas y me lleva en volandas- ¡Ayyy! ¡Suéltame!- le digo mientras le doy pequeños golpes con los puños en la espalda y muevo las piernas.

-Shhh, no grites, que nos van a pillar. Me tumba en la cama y deja el sujetador. Se tumba a mi lado, en silencio, se puede escuchar mi CD solo eso, bueno, y nuestra respiración, algo agitada después de la lucha que hemos tenido.

-Este también es mi CD favorito- me dice mirándome a los ojos.

-Oye, ¿y cómo sabes que también es el mío?

-Hombre, te he estado observando un rato y he visto como dejabas todo perdido- mira a la habitación, hecha un desastre- solo para encontrarlo.

-Serás burro, ¿y si me hubiera cambiado de ropa o algo?

-Puueess… se me caería la baba- me dice, mis mejillas se enciende y le doy un puñetazo amistoso en el hombreo, ¿cómo me iba yo a enfadar con alquilen que ha trepado un árbol solo por mí? Javi empieza a hacerme cosquillas.

-¿Sabes? Te quiero.

-Peque… te saco mucha edad, no creo que sea adecuado que…- no aguanto más, le beso con ganas, con amor, con todo lo que tengo. Quiero que él sea solo mío. MÍO. MÍO.

Después de estar un rato en la cama abrazados, besándonos y hablando, me duermo. En mis sueños aparece una voz gritando, un grito que me resulta familiar, como el de la llamada. La voz me suena, me suena, me suena…. Cada vez se forma en mi cabeza una imagen más clara de la persona que emite esos gritos. Me despierto. Yolanda.